HÉCTOR J. DÍAZ
Ansias
Si yo pudiera empezar
a vivir la vida mía,
cuantas cosas te daría
que ahora no te puedo dar…
II
Las creencias que perdí
los ídolos que adoré,
las mil veces que lloré
y las veces que mentí…
Las razones que olvidé,
los dolores que sentí,
y las hieles que bebí
y las noches que soñé…
III
Si yo te pudiera dar
lo que hace tiempo perdí
no tuviera hoy que anhelar
lo que anhelo para ti…
Bondad, ternuras, amor…
Lo que hoy no te puedo dar
solo me queda un dolor
que tú no puedes llevar…
Angustia
Me circunda el vacío que me dejo tu ausencia,
se tragó la distancia nuestra tranquilidad
Y dada vez que pienso que quizás no me acuerdas
me anidan unas ganas muy grandes de llorar.
II
Cada Mujer que pasa me recuerda algo de ella
cada perfume extraño me recuerda su olor
parece que me mira desde cualquier estrella
que angustia da el recuerdo,
que angustia da el amor.
Alegría! Alegría! Porque ya no la quiero,
porque ya no la guardo dentro del corazón,
porque ya su recuerdo es lejano lucero
en la concha infinita de mi imaginación
II
Alegría! Alegría! Ya no estoy prisionero,
en las redes malditas de su ingrata pasión,
Ya no soy avecilla que llegó hasta su alero
que ella tuvo en sus garras y mató su ilusión
II
Ya, Señor, estoy libre, y de si acaso algún día,
por ser ella mi anhelo, mi ilusión y mi guía
dejare de quererte con cristiano fervor.
IV
Perdóname y si
justo castigándola a ella,
porque tanto la quise mi dios y era tan bella,
que no me daba tiempo de tener otro amor
Alcohol
No sé quién soy; segundo de mí mismo,
otro yo que el alcohol reconstruyera
o émulo que surge
de un abismo,
con fe de loco y con flexión de fiera…
Ansias de ser ciclón o cataclismo
que a cenizas el mundo redujera,
y por medio mágico exorcismo,
unir los mares y aplanar la esfera.
Todo me siento ser; cóndor furioso
que en su ascenso raudo y poderoso,
entre garras desmenuza el sol
O bien gigante de acerado brazo
que vuela mundos con desembarazo
todo me siento por el alcohol.
Altivez
Si crees que tu desprecio me hace estragos
te equivocas… y mucho te equivocas
pues yo tomo el acíbar trago a trago
y no hay amargo tal para mi boca
Es mi orgullo broncíneo monumento
que jamás en mi vida se derrumba
y es el lema de mis nobles sentimientos
llevar mi orgullo intacto hacia la tumba.
Yo salvo los abismos más horribles
y jamás me intimidan los desprecios
Ódiame, o maldíceme, es un delirio
y creer que yo sufra es ser muy necio.
Yo no me quiero que tu vuelvas a mírame
ni tampoco que vuelvas a quererme
Solo quiero que pienses en odiarme
que ya mi amor, en el sepulcro duerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario